miércoles, 31 de octubre de 2012

como siervos de Cristo que hacen de corazón la voluntad de Dios.


Santo(s) del día: San Wolfgango, Santa Lucila de Roma

Oremos:
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (6, 1-9)
[1] Hijos: obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es lo justo.
[2] "Honra a tu padre y a tu madre". Éste es el primer mandamiento con promesa:
[3] "para que te vaya bien y vivas largo tiempo en la tierra".
[4] Padres: no irritéis a vuestros hijos; antes bien, educadles en la doctrina y enseñanzas del Señor.
[5] Siervos: obedeced a los amos de la tierra, con temor y respeto, como si fuera a Cristo, con sencillez de corazón,
[6] no para que os vean, como quien busca complacer a los hombres, sino como siervos de Cristo que hacen de corazón la voluntad de Dios,
[7] sirviendo de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres,
[8] conscientes de que cada uno, sea siervo o sea libre, será recompensado por el Señor según el bien que haya hecho.
[9] Y vosotros, amos, haced lo mismo con ellos, dejando las amenazas, conscientes de que el Señor de los cielos es el Señor vuestro y de ellos, y que no hace acepción de personas.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 


Salmo 144 + El Señor es fiel a sus palabras. 
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
Que muestren a los hijos de los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia.


† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 22-30) + Gloria a ti, Señor.
[22] Y recorría ciudades y aldeas enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén.
[23] Y uno le dijo: -Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les contestó:
[24] -Esforzaos para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán.
[25] Una vez que el dueño de la casa haya entrado y haya cerrado la puerta, os quedaréis fuera y empezaréis a golpear la puerta, diciendo: «Señor, ábrenos». Y os responderá: «No sé de dónde sois».
[26] Entonces empezaréis a decir: «Hemos comido y hemos bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas».
[27] Y os dirá: «No sé de dónde sois; apartaos de mí todos los servidores de la iniquidad».
[28] Allí habrá llanto y rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán y a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras que vosotros sois arrojados fuera.
[29] Y vendrán de oriente y de occidente y del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
[30] Pues hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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