jueves, 18 de octubre de 2012

San Lucas Evangelista


Santo(s) del día: San Lucas Evangelista

Oremos:
Señor, tú que elegiste a san Lucas para revelar al mundo, mediante su predicación y su Evangelio, el misterio de tu predilección por los pobres, haz que todos los que hemos recibido de ti la gracia de conocerte, unidos por un profundo espíritu de fraternidad, demos al mundo testimonio claro de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4, 9-17) 
9 Apresúrate a venir cuanto antes,
10 pues Demas me abandonó por amor de este mundo y se marchó a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia;
11 sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio.
12 A Tíquico lo mandé a Éfeso.
13 Cuando vengas, trae la capa que me dejé en Tróade, en casa de Carpo, y los libros, sobre todo los de pergamino.
14 Alejandro, el herrero, me ha ocasionado muchos males. El Señor le pagará de acuerdo con sus obras.
15 Tú, ten cuidado con él, pues se ha opuesto obstinadamente a nuestras palabras.
16 Nadie me apoyó en mi primera defensa, sino que todos me abandonaron: ¡que no les sea tenido en cuenta!
17 Pero el Señor me asistió y me fortaleció para que, por medio de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todos los gentiles. Y fui librado de la boca del león.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 

Salmo 144 + Señor, que todos tus fieles te bendigan. 
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 1-9) + Gloria a ti, Señor. 
1 Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
2 Y les decía: -La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
3 Id: mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias, y no saludéis a nadie por el camino.
5 En la casa en que entréis decid primero: «Paz a esta casa».
6 Y si allí hubiera algún hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; de lo contrario, retornará a vosotros.
7 Permaneced en la misma casa comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el que trabaja merece su salario. No vayáis de casa en casa.
8 Y en la ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
9 curad a los enfermos que haya en ella y decidles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros».
Palabra del Señor.+ Gloria a ti, Señor Jesús.


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