viernes, 19 de octubre de 2012

Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad


Santo(s) del día: San Pablo de la Cruz

Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (1, 11-14) 
11 por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad,
12 para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria.
13 Por él también vosotros, una vez oída la palabra de la verdad -el Evangelio de nuestra salvación-, al haber creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
14 que es prenda de nuestra herencia, para redención de los que ha hecho suyos, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 

Salmo 32 + Alabemos al Señor con alegría.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (12, 1-7) + Gloria a ti, Señor.
1 En esto, habiéndose reunido una muchedumbre de miles de personas, hasta atropellarse unos a otros, comenzó a decir sobre todo a sus discípulos: -Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
2 Nada hay oculto que no sea descubierto, ni secreto que no llegue a saberse.
3 Porque cuanto hayáis dicho en la oscuridad será escuchado a la luz; cuanto hayáis hablado al oído bajo techo será pregonado sobre los terrados.
4 »A vosotros, amigos míos, os digo: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer nada más.
5 Os enseñaré a quién tenéis que temer: temed al que después de dar muerte tiene potestad para arrojar en el infierno. Sí, os digo: temed a éste.
6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno solo de ellos queda olvidado ante Dios.
7 Aún más, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pajarillos.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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