lunes, 29 de octubre de 2012

¡Vivan en el amor como Cristo!


Santo(s) del día: San Narciso

Oremos:
Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (4, 32—5, 8) 
[32] Sed, por el contrario, benévolos unos con otros, compasivos, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó en Cristo.
[1] Imitad, por tanto, a Dios, como hijos queridísimos,
[2] y caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios.
[3] Como conviene a los santos, la fornicación y toda impureza o avaricia ni se nombren entre vosotros;
[4] ni palabras torpes, ni conversaciones vanas o tonterías, que no convienen. Haced más bien acciones de gracias.
[5] Porque debéis tener bien claro y aprendido esto: que ningún fornicario o impúdico, o avaro, que es como un adorador de ídolos, puede heredar el Reino de Cristo y de Dios.
[6] Que nadie os engañe con palabras vanas, porque por culpa de esto vino la ira de Dios sobre los hijos de la rebeldía.
[7] Por tanto, no os hagáis cómplices suyos.
[8] En otro tiempo erais tinieblas, ahora en cambio sois luz en el Señor: caminad como hijos de la luz,
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 
Salmo 1 + Dichoso el hombre que confía en el Señor. 
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Es como un árbol plantado junto al río, que da su fruto a tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 10-17) + Gloria a ti, Señor. 
[10] Un sábado estaba enseñando en una de las sinagogas.

[11] Y había allí una mujer poseída por un espíritu, enferma desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada sin poder enderezarse de ningún modo.
[12] Al verla Jesús, la llamó y le dijo: -Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
[13] Y le impuso las manos, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
[14] Tomando la palabra el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús curaba en sábado, decía a la muchedumbre: -Hay seis días para trabajar; venid, pues, en ellos a ser curados, y no un día de sábado.
[15] El Señor le respondió: -¡Hipócritas!, cualquiera de vosotros ¿no suelta del pesebre en sábado su buey o su asno y lo lleva a beber?
[16] Y a ésta, que es hija de Abrahán, a la que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no había que soltarla de esta atadura aun un día de sábado?
[17] Y cuando decía esto, quedaban avergonzados todos sus adversarios, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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