sábado, 13 de octubre de 2012

El Señor nunca olvida sus promesas


Santo(s) del día: Beata Alejandrina 

Oremos:
Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas (3, 21-29) 
21 Luego, ¿la Ley va en contra de las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Pues si se hubiera dado una ley capaz de vivificar, entonces la justicia vendría realmente de la Ley.
22 Pero la Escritura encerró todas las cosas bajo el pecado, para que la promesa fuese dada a los creyentes por la fe en Jesucristo.
23 Antes de que llegara la fe, estábamos bajo la custodia de la Ley, encerrados en espera de la fe que debía ser revelada.
24 Por consiguiente, la Ley ha sido nuestro pedagogo, que nos condujo a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe;
25 pero cuando ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al pedagogo.
26 En efecto, todos sois hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús.
27 Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo.
28 Ya no hay diferencia entre judío y griego, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer, porque todos vosotros sois uno solo en Cristo Jesús.
29 Si vosotros sois de Cristo, sois también descendencia de Abrahán, herederos según la promesa.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 

Salmo 104 + El Señor nunca olvida sus promesas. 
Entonen en su honor himnos y cantos; celebren sus portentos. Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca.
Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos.
Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 27-28) + Gloria a ti, Señor. 
27 Mientras él estaba diciendo todo esto, una mujer de en medio de la multitud, alzando la voz, le dijo: -Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.
28 Pero él replicó: -Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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