sábado, 6 de octubre de 2012

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos


Santo(s) del día: San Bruno Colonia

Oremos:
Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo…Amén.

Lectura del libro de Job (42, 1-3. 5-6. 12-16) 
1 Job respondió al Señor diciendo.
2 -Comprendo que lo puedes todo, que ningún proyecto te resulta inalcanzable.
3 «¿Quién es éste que empaña mis designios con palabras sin sentido?». Cierto, he querido explicar sin comprender las maravillas que me superan y que ignoro.
5 Sólo de oídas sabía de ti, pero ahora te han visto mis ojos.
6 Por eso me arrepiento, y hago penitencia sobre el polvo y la ceniza.
12 El Señor bendijo la nueva condición de Job más que la primera, y llegó a poseer catorce mil ovejas y seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.
13 Tuvo siete hijos y tres hijas.
14 A la primera le puso el nombre de Yamimá, a la segunda el de Casiá, y a la tercera Queren-Hafuc.
15 No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre les dio parte en la herencia, como a sus hermanos.
16 Después de todo esto, Job vivió ciento cuarenta años y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 

Salmo 118 + Enséñame, Señor, tus mandamientos. 
Enséñame a gustar y a comprender tus preceptos, pues yo me fío de ellos. Sufrir fue provechoso para mí, pues aprendí, Señor, tus mandamientos.
Yo bien sé que son justos tus decretos y que tienen razón cuando me afliges. Todo subsiste hasta hoy por orden tuya y todo está a tu servicio.
Yo soy tu siervo: instrúyeme y conoceré tus preceptos. La explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los humildes.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 17-24) + Gloria a ti, Señor. 
17 Volvieron los setenta y dos llenos de alegría diciendo: -Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
18 Él les dijo: -Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo.
19 Mirad, os he dado potestad para aplastar serpientes y escorpiones y sobre cualquier poder del enemigo, de manera que nada podrá haceros daño.
20 Pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos más bien de que vuestros nombres están escritos en el cielo.
21 En aquel mismo momento se llenó de gozo en el Espíritu Santo y dijo: -Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
22 Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.
23 Y volviéndose hacia los discípulos les dijo aparte: -Bienaventurados los ojos que ven lo que estáis viendo.
24 Pues os aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros estáis viendo y no lo vieron; y oír lo que estáis oyendo y no lo oyeron.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.

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