miércoles, 29 de febrero de 2012

Miércoles 29

Santo(s) del día: San Juan Casiano

Oremos:
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo, que con fervor desea entregarse más a ti y concédele que la práctica de las buenas obras renueve su alma, ya que con sus privaciones se esfuerza por dominar su cuerpo.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro del profeta Jonás (3, 1-10)
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo:
“Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar”. Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”.
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros, mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto:
“Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos”.
Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo 50 → A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 29-32) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles:
“La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

martes, 28 de febrero de 2012

Martes 28

Santo(s) del día : San Gabriel - San Torcuato

La Palabra de Dios:

Oremos:
Mira, Señor, con misericordia a tu pueblo que en estos días de Cuaresma usa con moderación de los bienes del cuerpo y aviva en su espíritu el deseo de poseerte. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro del profeta Isaías (55, 10-11)
Esto dice el Señor:
“Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 33 → El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.

 † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 7-15) → Gloria a ti, Señor.
 “Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 27 de febrero de 2012

Lunes 27

Lectura del libro del Levítico (19,1-2.11-18):
El Señor habló a Moisés: «Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de vuestro pueblo. No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de Dios. Yo soy el Señor. No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de aquí para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor."»
Palabra de Dios → Te alabamos Señor

Salmo (18,8.9.10.15) → Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. R/.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (25,31-46): Gloria a ti, Señor
 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

sábado, 25 de febrero de 2012

Sábado 25

Santo(s) del día: Beata Maria Ludovica

Oremos:
Dios eterno y todopoderoso, mira compasivo nuestra debilidad, y extiende tu mano para protegernos.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro del profeta Isaías (58, 9-14)
Esto dice el Señor:
“Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te dará reposo permanente; en el desierto saciará tu hambre y dará vigor a tu cuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas aguas no se agotan.
Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre cimientos muy antiguos; te llamarán reparador de brechas y restaurador de hogares destruidos.
Si detienes tus pasos para no violar el sábado y no tratas tus negocios en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia.
Te asentaré sobre mis montañas, te haré gustar la herencia de tu padre Jacob”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 85 → Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor, que en ti confía.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5, 27-32) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles:
“¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?”
Jesús les respondió:
“No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

viernes, 24 de febrero de 2012

Viernes 24

Santo(s) del día: San ModestoSan Roberto Belarmino

Oremos: 
Concédenos, Señor, tu gracia durante estos días de penitencia cuaresmal, para que a nuestras prácticas externas corresponda una verdadera renovación del espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. 
Lectura del libro del profeta Isaías (58, 1-9) 
Esto dice el Señor:
“Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la voz como trompeta. Denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados.
Me buscan día a día y quieren conocer mi voluntad, como si fuera un pueblo que practicara la justicia y respetara los juicios de Dios. Me piden sentencias justas y anhelan tener cerca a Dios. Me dicen todos los días:
‘¿Para qué ayunamos, si tú no nos ves? ¿Para qué nos sacrificamos, si no te das por enterado?’
Es que el día en que ustedes ayunan encuentran la forma de hacer negocio y oprimen a sus trabajadores.
Es que ayunan, sí, para luego reñir y disputar, para dar puñetazos sin piedad. Ese no es un ayuno que haga oír en el cielo la voz de ustedes.
¿Acaso es éste el ayuno que me agrada? ¿Es ésta la mortificación que yo acepto del hombre: encorvar la cabeza como un junco y acostarse sobre saco y ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor?
El ayuno que yo quiero de ti es éste, dice el Señor:
Que rompas las cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los oprimidos y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el hambriento y abras tu casa al pobre sin techo; que vistas al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y te responderá; lo llamarás y te dirá: ‘Aquí estoy’ ”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. 

Salmo 50 → A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias. 
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 14-15) → Gloria a ti, Señor. 
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron:
“¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?” Jesús les respondió:
“¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

jueves, 23 de febrero de 2012

Jueves 23

Oremos:
Inspira, Señor, nuestras acciones y dirígelas con tu gracia, para que todo cuanto emprendamos lo iniciemos en tu nombre y podamos llevarlo a término por tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del libro del Deuteronomio (30, 15-20)
 “Mira: Hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la muerte y el mal. Si cumples lo que yo te mando hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos, cumpliendo sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y te multiplicarás. El Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se resiste y no obedeces, si te dejas arrastrar y te postras para dar culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio y que, pasado el Jordán para entrar a poseer la tierra, no vivirás muchos años en ella.
Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra de que les he propuesto la vida o la muerte, la bendición o la maldición.
Elige la vida y vivirás, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la tierra que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 1 → Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 22-25) → Gloria a ti, Señor.
“Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”.
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo:
“Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará.
En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?”
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Miércoles 22

Miércoles de Ceniza:
Comienza la Cuaresma; guardar abstinencia y ayuno. Pues bien, ahora es el tiempo favorable
Arrepiéntete y cree en el Evangelio.

 Oremos:
Que el día de ayuno con el que iniciamos, Señor, esta Cuaresma, sea el principio de una verdadera conversión a ti, y que nuestros actos de penitencia nos ayuden a vencer el espíritu del mal. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del libro del profeta Joel (2, 12-18)
Esto dice el Señor:
“Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos.
Vuélvanse al Señor Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia. Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje una bendición, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios.
Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan al pueblo, santifiquen la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los niños, aun a los niños de pecho. Que el recién casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada.
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo:
‘Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad a la burla de las naciones. Que no digan los paganos: ¿Dónde está el Dios de Israel?’ ”
Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de su pueblo.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 50 → Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5, 20—6, 2)
Hermanos:
Somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.
Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco roto. Porque el Señor dice: En el tiempo favorable te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de la salvación.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 1-6. 16-18) → Gloria a ti, Señor.
 “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

martes, 21 de febrero de 2012

Martes 21

Santo del día:
San Pedro Damián, obispo y doctor de la Iglesia

Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las enseñanzas y los ejemplos de san Pedro Damián, para que, prefiriendo en todo a Cristo y esforzándonos siempre por servir a tu Iglesia, logremos alcanzar la felicidad eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (4, 1-10)
Hermanos míos:
¿De dónde vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿No es, acaso, de las malas pasiones, que siempre están en guerra dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando. Ambicionan algo que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la guerra. Y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios.
O si se lo piden y no lo reciben, es porque piden mal, para derrocharlo en placeres. Gente infiel, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, quien decide ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No piensen que la Escritura dice en vano: Dios ama celosamente a nuestro espíritu y nos da su gracia con generosidad. Por eso dice también la Escritura:
Dios aborrece a los soberbios y concede su gracia a los humildes. Por consiguiente, sométanse a Dios; resistan al diablo y se alejará de ustedes. Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Que los pecadores se purifiquen las manos y se decidan por Dios los indecisos. Comiencen ya a lamentar y a llorar su miseria.
Que su risa se convierta en llanto y su alegría en tristeza. Humíllense ante el Señor y él los enaltecerá.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 54 → Descarga en el Señor lo que te agobia.
En la angustia me dije: “Si tuviera, como la paloma, alas, yo me iría volando por el desierto, para poder vivir libre de intrigas.
A salvo me pondría del viento huracanado, de las voces que dan mis enemigos y de sus opresiones”.
Sólo veo en la ciudad violencias y discordias, que de día y de noche por sus murallas rondan.
Descarga en el Señor lo que te agobia y él te aliviará. La derrota del justo para siempre jamás permitirá.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (9, 30-37) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará”. Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.
Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: “¿De qué discutían por el camino?” Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante.
Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 20 de febrero de 2012

Lunes 20

Santo del día: San Juan de la Cruz

Oremos:
Dios nuestro, que con tu perdón y tu misericordia, nos das la prueba más delicada de tu omnipotencia, apiádate de nosotros, pecadores, para que no desfallezcamos en la lucha por obtener el cielo que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (3, 13-18)
Hermanos míos:
¿Hay alguno entre ustedes con sabiduría y experiencia? Si es así, que lo demuestre con su buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría. Pero si ustedes tienen el corazón amargado por envidias y rivalidades, dejen de presumir y engañar a costa de la verdad.
Esa no es la sabiduría que viene de lo alto; ésa es terrenal, irracional, diabólica; pues donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras malas.
Pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo. Además, son amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 18 → Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque pues eres mi refugio y salvación.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (9, 14-29) → Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo.
El les preguntó:
“¿De qué están discutiendo?” De entre la gente, uno le contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido”.
Jesús les contestó:
“¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho”. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Contestó el padre: “Desde pequeño.
Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos”.
Jesús le replicó:
“¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posible para el que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: “Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta”. Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él”.
Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie.
Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado:
“¿Porqué nosotros no pudimos expulsarlo?”
El les respondió:
“Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

sábado, 18 de febrero de 2012

Sábado 18

Oremos:
Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (3, 1-10)
Hermanos míos:
Que no se pongan tantos de ustedes a enseñar como maestros, pues a los que enseñamos se nos juzgará con mayor severidad. Todos fallamos en muchas cosas y quien no falla al hablar es hombre perfecto, capaz de dominar todo su cuerpo. Piensen que a los caballos les ponemos el freno en el hocico para hacerlos obedecer y para dirigir, así, todo su cuerpo. Fíjense también en los barcos: son muy grandes, los empujan vientos muy fuertes, y sin embargo, el piloto los dirige a su arbitrio, por medio de un pequeñísimo timón. Pues lo mismo pasa con la lengua: es un órgano muy pequeño y se cree capaz de grandes cosas.
Bien saben ustedes además, que un fuego insignificante incendia todo un bosque. Pues la lengua es un fuego y encierra en sí todo un mundo de maldad. Es uno de nuestros órganos, y sin embargo, contamina al cuerpo entero; prendida por el infierno, incendia todo el curso de nuestra existencia.
Por otra parte, toda clase de fieras y aves, de reptiles y animales marinos se pueden domar y han sido domados por el hombre; pero ningún hombre ha podido domar la lengua, que es una constante amenaza, cargada de veneno mortal. Con la lengua bendecimos al que es nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, creados a imagen de Dios. De la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 11 → Tú nos protegerás, Señor.
Sálvanos tú, Señor, porque ya no hay ni bondad ni lealtad entre los hombres. No hacen más que mentirse unos a otros, siempre hablan con doblez sus corazones.
Extermina, Señor, a los hipócritas y a los que dicen, fanfarrones: “La lengua es nuestra fuerza: ¿quién será el que se atreva a darnos órdenes?”
Tus palabras, Señor, sí son sinceras, son plata refinada siete veces. Tú nos protegerás, Señor, nos librarás de esta gente para siempre.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (9, 2-13) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús:
“Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”. En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de “resucitar de entre los muertos”.
Le preguntaron a Jesús:
“¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?” El les contestó: “Si fuera cierto que Elías tiene que venir primero y tiene que poner todo en orden, entonces ¿cómo es que está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado?
Por lo demás, yo les aseguro que Elías ha venido ya y lo trataron a su antojo, como estaba escrito de él”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

viernes, 17 de febrero de 2012

Viernes 17

Oremos:
Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2, 14-24. 26)
Hermanos míos:
¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no la demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: “Que te vaya bien; abrígate y come”, pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así pasa con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta. Quizá alguien podría decir: “Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe”.
Tú crees, por ejemplo, que hay un solo Dios y haces bien; pero los demonios también creen eso y, sin embargo, tiemblan.
¿Quieres saber, hombre ignorante, por qué la fe sin obras es estéril? ¿Acaso nuestro padre Abraham no fue justificado por sus obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Fíjate cómo su fe colaboraba con sus obras y por las obras se perfeccionaba su fe. Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura: Abraham tuvo fe en Dios y eso le valió la justificación, y por eso se le llamó “amigo de Dios”.
Ya ven cómo la persona es justificada por las obras, no por la fe sola. Pues así como un cuerpo que no respira es un cadáver, la fe sin obras está muerta.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 111 → Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.
Fortuna y bienestar habrá en su casa, siempre obrarán conforme a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.
Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 34—9, 1) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles”.
Y añadió: “Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

jueves, 16 de febrero de 2012

Jueves 16


Oremos:
Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2, 1-9)
Hermanos: Puesto que ustedes tienen fe en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no tengan favoritismos.
Supongamos que entran al mismo tiempo en una reunión un hombre con un anillo de oro, lujosamente vestido, y un pobre andrajoso, y que fijan ustedes la mirada en el que lleva el traje elegante y le dicen: “Tú, siéntate aquí, cómodamente”. En cambio le dicen al pobre: “Tú, párate allá o siéntate aquí en el suelo, a mis pies”. ¿No es esto tener favoritismos y juzgar con criterios torcidos?
Queridos hermanos, ¿acaso no ha elegido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman? Ustedes, en cambio, han afrentado al pobre. ¿Acaso no son los ricos los que los oprimen a ustedes, los que los arrastran a los tribunales? ¿No son ellos los que denigran el nombre ilustre que les impusieron a ustedes?
Si cumplen la ley suprema de la Sagrada Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, obran bien; pero si tienen favoritismos, están cometiendo un pecado y esa ley los acusa como transgresores.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 33 → El Señor escucha el clamor de los pobres.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 27-33) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?”
Ellos le contestaron:
“Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas”.
Entonces él les preguntó:
“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías”. Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.
Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: “¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Miércoles 15

Oremos:
Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (1, 19-27)
Queridos hermanos:
Tengan esto presente: que cada uno sea pronto para escuchar y lento para hablar, lento para enojarse; porque la ira del hombre no produce la rectitud que quiere Dios.
Arranquen, pues, de ustedes toda impureza y maldad y acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos.
Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a escucharla, engañándose a ustedes mismos; pues quien escucha la palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que se mira la cara en un espejo, y después de mirarse, se da la media vuelta y al instante se olvida de cómo es. En cambio, el que se concentra en la ley perfecta de la libertad y es constante, no en oírla y olvidarla, sino en ponerla por obra, ése encontrará su felicidad en practicarla.
Si alguno cree que es hombre religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, él mismo se engaña y su religión no sirve de nada. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y en guardarse de este mundo corrompido.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 14 → ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?
El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en todas sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia.
Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo.
Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 22-26) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: “¿Ves algo?”
El ciego, empezando a ver, le dijo:
“Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan”.
Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: “Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

martes, 14 de febrero de 2012

Martes 14

Oremos:
Dios nuestro, que por medio de los santos Cirilo y Metodio iluminaste con la luz del Evangelio a los pueblos eslavos, abre nuestro corazón para que aceptemos tu palabra y ayúdanos a vivir de acuerdo con la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (1, 12-18)
Hermanos:
Dichoso el hombre que sufre la tentación, porque después de superarla, recibirá en premio la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que lo aman.
Que nadie diga, cuando sufre una tentación, que es Dios el que lo tienta, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni pone él mismo a nadie en tentación. Más bien, cuando alguno es tentado, es su propia concupiscencia la que lo arrastra y lo seduce. La concupiscencia concibe y da a luz al pecado; y el pecado, cuando madura, engendra la muerte.
No se equivoquen, queridos hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.


Salmo 93 → Señor, dichoso aquel a quien tú educas.
Señor, dichoso aquel a quien tú educas y enseñas a cumplir tus mandamientos; cuando lleguen las horas de desgracia, no perderá el sosiego.
Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos sin amparo. Hará justicia al justo y dará un porvenir al hombre honrado.
Cuando me hallaba al borde del sepulcro, tu amor, Señor, me conservó la vida; cuando se multiplican mis problemas, en tus consuelos hallo mi delicia.


† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 14-21) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”.
Entonces ellos comentaban entre sí: “Es que no tenemos panes”.
Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo:
“¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?”
Ellos le contestaron: “Doce”.
Y añadió: “¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?”
Le respondieron:“Siete”.
Entonces él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 13 de febrero de 2012

Lunes 13

Oremos:
Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (1, 1-11)
Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo, el Señor, saluda a las doce tribus, dispersas por el mundo.
Hermanos míos:
Cuando se vean asediados por toda clase de pruebas y tentaciones, ténganse por dichosos, sabiendo que las pruebas a que se ve sometida su fe les darán fortaleza, yesta fortaleza los llevará a la perfección en las buenas obras y a una vida íntegra e irreprochable.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios y él se la dará; porque Dios da a todos con generosidad y sin regatear. Pero tiene que pedírsela con fey sin dudar; pues el que duda se parece a las olas del mar, que van y vienen, agitadas por el viento.
Quien es inconstante e indeciso en su vida, no recibirá nada del Señor. Que el hermano de condición humilde esté orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición, pues se acabará como las flores del campo.
Porque sale el sol y con su calor quema las hierbas; se caen las flores y se acaba su belleza. Así se marchitará el rico, en medio de todas sus empresas.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 118 → Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Antes de la aflicción fui un descarriado, pero ahora obedezco tus palabras. Tú que eres bueno y haces beneficios, instrúyeme en tus leyes.
Sufrir fue provechoso para mí, pues aprendí, Señor, tus mandamientos. Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata.
Yo bien sé que son justos tus decretos y que tienes razón cuando me afliges. Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 11-13) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.
Jesús suspiró profundamente y dijo:
“¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”.
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

sábado, 11 de febrero de 2012

Sábado 11

Oremos:
Padre misericordioso, ven en ayuda de nuestra debilidad y, por intercesión de María, Madre inmaculada de tu Hijo, haz que podamos resurgir del pecado a una vida nueva. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del primer libro de los Reyes (12, 26-32; 13, 33-34)
En aquellos días, Jeroboam, rey de Israel, pensaba para sus adentros: “El reino todavía puede volver a la casa de David. Si el pueblo sigue yendo a Jerusalén a ofrecer sacrificios en el templo del Señor, acabará por ponerse de parte de Roboam, rey de Judá, y a mí me matarán”.
Por tanto, después de consultarlo, Jeroboam mandó hacer dos becerros de oro y le dijo al pueblo: “Ya no tienen para qué ir a Jerusalén, porque aquí tienes, Israel, a tu Dios, el que te sacó de Egipto”. El colocó uno de los becerros en Betel, mientras el pueblo iba con el otro a la ciudad de Dan.
Además mandó construir templos en la cima de los montes y puso de sacerdotes a hombres del pueblo, que no pertenecían a la tribu de Leví.
Instituyó una fiesta el día quince del octavo mes, parecida a la que se celebraba en Judá. El mismo subió al altar en Betel para ofrecer sacrificios a los becerros que había mandado hacer; y ahí, en Betel, designó a los sacerdotes para los templos que había construido.
Jeroboam no cambió su mala conducta y siguió nombrando a gente común y corriente para que fueran sacerdotes de los templos que había construido en la cima de los montes; consagraba como sacerdote a todo aquel que lo deseaba.
Este fue el pecado que causó la destrucción y el exterminio de la dinastía de Jeroboam.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 105 → Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
Hemos pecado igual que nuestros padres, cometimos maldades e injusticias. Allá en Egipto, nuestros padres no entendieron, Señor, tus maravillas.
En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que era su gloria por la imagen de un buey que come pasto.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas, y en las aguas del mar Rojo, sus prodigios.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 1-10) → Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos”.
Sus discípulos le respondieron:
“¿Y dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?”
El les preguntó:
“¿Cuántos panes tienen?”
Ellos le contestaron: “Siete”.
Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente.
Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor.→ Gloria a ti, Señor Jesús.

viernes, 10 de febrero de 2012

Viernes 10

Memoria → Santa Escolástica, virgen

Oremos:
Al celebrar la fiesta de santa Escolástica, te pedimos, Señor, que, a imitación suya, aprendamos a servirte con un amor infatigable y a disfrutar profundamente tu amistad. → Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del primer libro de los Reyes (11, 29-32; 12, 19)
En aquel tiempo, Jeroboam, siervo de Salomón, salió de Jerusalén y se encontró por el camino al profeta Ajías, de Siló, que llevaba puesto un manto nuevo. Estaban los dos solos en el campo. Ajías tomó su manto, lo rasgó en doce pedazos y le dijo a Jeroboam: “Toma diez pedazos, pues el Señor, Dios de Israel, te manda decir: ‘Voy
a desgarrar el reino de Salomón.
A ti te daré diez tribus, y a Salomón solamente le dejaré una en consideración a David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí entre todas las tribus de Israel’ ”.
Y desde entonces hasta el día de hoy, Israel se separó de la casa de David.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 80 → Israel, yo soy tu Dios: cumple mis mandatos.
No tendrás otro Dios fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que te sacó de Egipto, tu destierro.
Pero Israel no oyó mi voz y mi pueblo no quiso obedecerme. Los entregué, por eso, a sus caprichos y los dejé vivir como quisiesen.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel con mis mandatos! Yo, al punto, humillaría a sus enemigos y sentirían mi mano sus contrarios.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 31-37) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. El lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Ábrete!”).
Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.
El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

jueves, 9 de febrero de 2012

Jueves 9

Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del primer libro → de los Reyes (11, 4-13)
Cuando el rey Salomón envejeció, sus mujeres le desviaron el corazón hacia otros dioses; su corazón ya no perteneció por entero al Señor, como el de David, su padre. Salomón dio culto a Astarté, diosa de los fenicios, y a Molok, el abominable ídolo de los amonitas. Hizo lo que el Señor reprueba; no se mantuvo plenamente fiel al Señor, como David, su padre.
Sobre el monte que está frente a Jerusalén construyó un altar a Kemós, ídolo de Moab, y otro a Molok, ídolo de los amonitas. Y también mandó construir altares para que sus mujeres extranjeras pudieran quemar incienso y ofrecer sacrificios a sus dioses.
Esto irritó al Señor, porque Salomón había desviado su corazón del Señor, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había prohibido precisamente dar culto a otros dioses. Pero Salomón no lo obedeció.
Entonces el Señor le dijo:
“Porque te has portado así conmigo y has sido infiel a mi alianza y a los mandamientos que te di, te voy a arrebatar el reino y se lo voy a dar a un siervo tuyo. Sin embargo, por consideración a David, tu padre, no lo haré durante tu vida, sino en vida de tu hijo.
Pero no le voy a quitar todo el reino. Por amor a mi siervo, David, y a Jerusalén, mi ciudad predilecta, le dejaré a tu hijo una tribu”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 105 → Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.
Dichosos los que cumplen la ley y obran siempre conforme a la justicia. Por el amor que tienes a tu pueblo, acuérdate de nosotros, Señor, y sálvanos.
Nuestros padres se unieron con paganos y aprendieron sus prácticas; dieron culto a los ídolos y éstos fueron para ellos como una trampa.
Entonces entregaron hijos e hijas en sacrificio a los demonios, y el Señor renegó de su pueblo y estalló su enojo.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 24-30) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies.
Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija, él le respondió: “Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”.
La mujer le replicó:
“Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”.
Entonces Jesús le contestó:
“Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Miércoles 8

Oremos:
Dios eterno y todopoderoso a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del primer libro de los Reyes (10, 1-10)
En aquellos días, la reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón y quiso cerciorarse personalmente de su sabiduría, haciéndole algunas preguntas sutiles. Llegó, pues, a Jerusalén con una gran caravana de camellos cargados de perfumes, oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le hizo al rey las preguntas que había preparado.
Salomón respondió a todas, de modo que no dejó de contestar ni la más difícil.
Cuando la reina de Sabá comprobó la sabiduría de Salomón y vio el palacio que había construido, los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte y los vestidos de sus ministros, sus coperos y los sacrificios que ofrecía en el templo del Señor, se quedó maravillada y dijo al rey:
“De veras es cierto lo que en mi país me habían contado de ti y de tu sabiduría. Yo no quería creerlo, pero ahora que estoy aquí y lo veo con mis propios ojos, comprendo que no me habían dicho ni la mitad, pues tu sabiduría y tu prosperidad superan todo cuanto oí decir.
Dichoso tu pueblo y dichosos estos servidores tuyos, que siempre están en tu presencia y escuchan tu sabiduría. Bendito sea el Señor, tu Dios, que se ha complacido en ti y que por el amor eterno que le tiene a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono de Israel y te ha hecho rey para que gobiernes con justicia”.
La reina le regaló a Salomón cuatro toneladas de oro y gran cantidad de perfumes y de piedras preciosas; nunca hubo en Jerusalén tal cantidad de perfumes como la que la reina de Sabá le obsequió a Salomón.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 36 → Rectas y sabias son las palabras del justo.
Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía.
Rectas y sabias son las palabras del justo. Lleva en su corazón la ley de Dios, sus pasos son seguros.
La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 14-23) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”.
Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. El les dijo: “¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?” Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.
Luego agregó:
“Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

martes, 7 de febrero de 2012

Martes 7

Oremos:
Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del primer libro de los Reyes (8, 22-23. 27-30)
El día de la dedicación del templo, Salomón, de pie ante el altar del Señor y en presencia de toda la asamblea de Israel, levantó los brazos al cielo y dijo esta oración:
“Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos, ni aquí abajo en la tierra. Tú eres fiel a la alianza que hiciste con tus siervos, y les muestras tu misericordia, cuando cumplen de todo corazón tu voluntad.
Si ni el cielo infinito te puede contener, ¿cómo va a ser posible, Señor, que vivas en medio de los hombres y habites en esta casa que yo te he construido? Pero ciertamente atenderás a la oración de tu siervo y a su plegaria, Señor, Dios mío, y oirás el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti: Que noche y día estén abiertos tus ojos sobre este templo, sobre este lugar, del cual has dicho: ‘Yo estaré ahí’. Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio.
Oye, pues, Señor, la súplica de este siervo tuyo y de tu pueblo, Israel. Cuando oren en este lugar, escúchalos desde el cielo, en donde tienes tu morada. Escúchanos y perdónanos”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 83 → Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus altares, Señor de los ejércitos,Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza, pues caminarán cada vez con más vigor.
Pues un día en tus atrios vale más que mil fuera de ellos, y yo prefiero el umbral de la casa de mi Dios al lujoso palacio del perverso.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 1-13) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?”(Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó:
“¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”.
Después añadió: “De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre.
El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’.
Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta”.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 6 de febrero de 2012

Sábado 4

Evangelio según San Marcos 6,30-34.
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra de Dios → Te alabamos Señor

Lunes 6


Oremos:
Señor Dios, que quisiste llamar a la vida eterna por medio de la cruz a Pablo Miki y a sus compañeros y les diste fortaleza para morir por ti, concédenos por su intercesión, que sepamos vivir con honradez y sin miedo la fe que profesamos.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (8, 1-7.9-13)
En aquellos días, el rey Salomón convocó en Jerusalén a todos los ancianos y jefes de Israel, para subir allá el arca de la alianza del Señor desde Sión, la ciudad de David.
Todos los Israelitas se congregaron en torno al rey Salomón para la fiesta de los tabernáculos, que se celebra el séptimo mes del año. Cuando llegaron los ancianos de Israel, unos sacerdotes cargaron el arca de la alianza, y otros, junto con los levitas, llevaron la tienda de la reunión, con todos los objetos sagrados
que en ella había.
El rey Salomón y toda la comunidad de Israel inmolaron frente al arca ovejas y bueyes en tal número, que no se podían ni contar.
Llevaron el arca de la alianza del Señor hasta su lugar en el santuario, el lugar santísimo, y la colocaron bajo las figuras de los querubines, de tal modo, que las alas de éstos quedaron cubriendo el arca y las varas que servían para transportarla.
Lo único que había en el arca eran las dos tablas de piedra, que Moisés colocó ahí, cuando el Señor estableció la alianza con los israelitas, a su salida de Egipto.
En cuanto los sacerdotes salieron de aquel sitio sagrado, una nube llenó el templo, y esto les impidió continuar oficiando, porque la gloria del Señor había llenado su templo. Entonces Salomón exclamó: “El Señor dijo que habitaría en una espesa nube. Por eso, Señor, la casa que te he construido con magnificencia, será tu morada”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 131 → Levántate, Señor,y ven con el arca.

Que se hallaba en Efrata nos dijeron; de Jaar en los campos la encontramos. Entremos en la tienda del Señor y a sus pies, adorémoslo, postrados.

Levántate, Señor, ven a tu casa; ven con el arca, poderoso auxilio. Tus sacerdotes vístanse de gala; tus fieles, jubilosos, lancen gritos. Por amor a David, tu servidor, no apartes la mirada de tu ungido.


† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 53-56) → Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago y tocaron tierra en Genesaret. Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella región acudían a él, a cualquier parte donde sabían que se encontraba, y le llevaban en camillas a los enfermos.
A dondequiera que llegaba, en los poblados, ciudades o caseríos, la gente le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los dejara tocar la punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban curados.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

Jueves 2

Evangelio según San Lucas 2,22-40.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,
Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
"Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel".
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción,
y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

Lunes 6

Evangelio según San Marcos 6,1-6.
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.