Prepárate para las pruebas

Santo(s) del día: San Carlos José Eugenio de Mazenod 

Lectura del libro del Eclesiástico (2,1-13):
2:4 Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, mantén ánimo grande en los reveses humillantes;
2:5 porque el oro se prueba con el fuego, y los elegidos, en la fragua de la humillación. En la enfermedad y en la pobreza ten confianza en Él.
2:6 Confía en Él y te ayudará; endereza tus caminos y espera en Él.
2:7 Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia y no os desviéis, para no caer.
2:8 Los que teméis al Señor, tened fe en Él, y no os faltará vuestra recompensa.
2:9 Los que teméis al Señor, esperad sus beneficios. tanto la felicidad eterna como la misericordia, porque su recompensa es un don eterno con gozo.
2:10 Los que teméis al Señor, amadle, y se iluminarán vuestros corazones.
2:11 Fijaos en las generaciones pasadas y aprended. ¿Quién confió en el Señor y quedó avergonzado?
2:12 ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue atendido?
2:13 Porque el Señor es clemente y misericordioso, perdona los pecados y salva en tiempo de tribulación, y es protector de todos los que le buscan de verdad.
Palabra de Dios + Te alabamos Señor 


Salmo (36,3-4.18-19.27-28.39-40) + R/. Encomienda tu camino al Señor, y él actuará
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R/.
El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia durará siempre; no se agostarán en tiempo de sequía, en tiempo de hambre se saciarán. R/.
Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles. Os inicuos son exterminados, la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.
El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él. R/.


Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37): + Gloria a ti Señor 
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.»
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mi no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
Palabra del Señor + Gloria a ti Señor Jesús.