viernes, 21 de septiembre de 2012

San Mateo, apóstol y evangelista


Santo(s) del día: San Mateo Apóstol

Oremos:
Dios misericordioso, que elegiste a san Mateo, un recaudador de impuestos, para hacerlo apóstol tuyo, ayúdanos, por su intercesión, a cumplir nuestras responsabilidades en esta vida como verdaderos apóstoles de Cristo, que vive y reina contigo. Amén.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (4, 1-7. 11-13)
[1] Así pues, os ruego yo, el prisionero por el Señor, que viváis una vida digna de la vocación a la que habéis sido llamados,
[2] con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad,
[3] continuamente dispuestos a conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
[4] Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza: la de vuestra vocación.
[5] Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
[6] un solo Dios y Padre de todos: el que está sobre todos, por todos y en todos.
[7] A cada uno de nosotros, sin embargo, ha sido dada la gracia en la medida en que Cristo quiere otorgar sus dones.
 [11] Él constituyó a algunos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelizadores, a otros pastores y doctores,
[12] a fin de que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
[13] hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo,
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor.

Salmo 18 + El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido, y su mensaje hasta el fin del mundo.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 9-13) + Gloria a ti, Señor.
[9] Al marchar Jesús de allí, vio a un hombre sentado al telonio, que se llamaba Mateo, y le dijo: -Sígueme. Él se levantó y le siguió.
[10] Ya en la casa, estando a la mesa, vinieron muchos publicanos y pecadores y se sentaron también con Jesús y sus discípulos.
[11] Los fariseos, al ver esto, empezaron a decir a sus discípulos: -¿Por qué vuestro maestro come con publicanos y pecadores?
[12] Pero él lo oyó y dijo: -No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.
[13] Id y aprended qué sentido tiene: "Misericordia quiero y no sacrificio"; porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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