martes, 18 de septiembre de 2012

Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor


Santo(s) del día: San José Cupertino

Oremos:
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (12, 12-14. 27-31)
[12] Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aun siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
[13] Porque todos nosotros, tanto judíos como griegos, tanto siervos como libres, fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
[14] Pues tampoco el cuerpo es un solo miembro, sino muchos.
[27] Vosotros sois cuerpo de Cristo, y cada uno un miembro de él.
[28] Y Dios los dispuso así en la Iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero doctores, luego el poder de obrar milagros, después el don de curaciones, de asistencia a los necesitados, de gobierno, de diversidad de lenguas.
[29] ¿Son todos apóstoles? ¿O todos profetas? ¿O todos doctores? ¿O todos tienen poder de obrar milagros?
[30] ¿Tienen todos don de curación? ¿O hablan todos lenguas? ¿O todos tienen don de interpretación?
[31] Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente.
Palabra de Dios.+ Te alabamos, Señor.

Salmo 99 + Sirvamos al Señor con alegría.
Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño.
Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7, 11-17) + Gloria a ti, Señor.
[11] Después, marchó a una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre.
[12] Al acercarse a la puerta de la ciudad, resultó que llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre, que era viuda. Y la acompañaba una gran muchedumbre de la ciudad.
[13] El Señor la vio y se compadeció de ella. Y le dijo: -No llores.
[14] Se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: -Muchacho, a ti te digo, levántate.
[15] Y el que estaba muerto se incorporó y comenzó a hablar. Y se lo entregó a su madre.
[16] Y se llenaron todos de temor y glorificaban a Dios diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
[17] Esta opinión sobre él se divulgó por toda Judea y por todas las regiones vecinas.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


No hay comentarios:

Publicar un comentario