viernes, 19 de abril de 2013

Mi carne es la verdadera comida, y mi sangre, la verdadera bebida


Santo(s) del día: San Expedito

Lectura de los Hechos de los Apóstoles (9, 1-20)
9:1 Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se presentó ante el sumo sacerdote
9:2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de llevar detenidos a Jerusalén a cuantos encontrara, hombres y mujeres, seguidores del Camino.
9:3 Pero mientras se dirigía allí, al acercarse a Damasco, de repente le envolvió de resplandor una luz del cielo.
9:4 Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: -Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
9:5 Respondió: -¿Quién eres tú, Señor? Y él: -Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
9:6 Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer.
9:7 Los hombres que le acompañaban se detuvieron estupefactos, puesto que oían la voz pero no veían a nadie.
9:8 Se levantó Saulo del suelo y, aunque tenía abiertos los ojos, no veía nada. Le condujeron de la mano a Damasco,
9:9 donde estuvo tres días sin vista y sin comer ni beber.
9:10 Había en Damasco un discípulo, de nombre Ananías, a quien el Señor habló en una visión: -¡Ananías! Él respondió: -Aquí estoy, Señor.
9:11 El Señor le dijo: -Levántate y vete a la calle que se llama Recta, y busca en casa de Judas a uno de Tarso, de nombre Saulo, que está orando
9:12 -y vio Saulo en una visión que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos, para que recobrase la vista.
9:13 -Señor -respondió Ananías-, he oído a muchos cuánto mal ha causado este hombre a tus santos en Jerusalén,
9:14 y que tiene aquí poderes de los príncipes de los sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
9:15 El Señor le dijo: -Vete, porque éste es mi instrumento elegido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
9:16 Yo le mostraré lo que deberá sufrir a causa de mi nombre.
9:17 Marchó Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo: -Saulo, hermano, me ha enviado el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo.
9:18 Al instante cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista; se levantó y fue bautizado,
9:19 y tomando algo de comer recuperó las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos que había en Damasco,
9:20 y enseguida empezó a predicar a Jesús en las sinagogas: -Éste es el Hijo de Dios.
Palabra de Dios + Te alabamos Señor. 


Salmo 116 + R. ¡Vayan y anuncien la Buena Noticia! 
¡Aleluya! Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.
Porque firme es con nosotros su misericordia, la fidelidad del Señor permanece para siempre.

Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 51-59) + Gloria a ti Señor 
6:52 Los judíos se pusieron a discutir entre ellos: -¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
6:53 Jesús les dijo: -En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
6:54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día.
6:55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
6:56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
6:57 Igual que el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así, aquel que me come vivirá por mí.
6:58 Éste es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron los padres y murieron: quien come este pan vivirá eternamente.
6:59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Cafarnaún.
Palabra del Señor. + Gloria a ti Señor Jesús


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