miércoles, 10 de abril de 2013

El Señor escucha al pobre que lo invoca.


Santo(s) del día: San Ezequiel

Lectura de los Hechos de los Apóstoles (5, 17-26)
5:17 El sumo sacerdote y todos los que le acompañaban, que eran de la secta de los saduceos, se levantaron llenos de envidia.
5:18 Prendieron a los apóstoles y los metieron en la prisión pública.
5:19 Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo:
5:20 -Salid, presentaos en el Templo y predicad al pueblo toda la doctrina que concierne a esta Vida.
5:21 Después de haberlo escuchado, entraron de madrugada en el Templo y comenzaron a enseñar. En cuanto llegaron el sumo sacerdote y los que le acompañaban, convocaron el Sanedrín y todo el consejo de ancianos de los hijos de Israel y enviaron a buscarlos a la prisión.
5:22 Pero al llegar los alguaciles no los encontraron en la cárcel, y regresaron y comunicaron la noticia:
5:23 -Hemos encontrado la cárcel cerrada, bien custodiada, y a los centinelas firmes ante las puertas; pero al abrir no hemos encontrado a nadie dentro.
5:24 Cuando oyeron estas palabras el oficial del Templo y los príncipes de los sacerdotes, se quedaron perplejos por lo que habría sido de ellos.
5:25 Llegó uno y les anunció: -Los hombres que metisteis en la cárcel están en el Templo y siguen enseñando al pueblo.
5:26 Entonces fue el oficial con los alguaciles y los trajo, no por la fuerza, porque tenían miedo de que el pueblo les apedrease. 
Palabra de Dios. + Te alabamos Señor. 


SALMO (33, 2-9) + R. El Señor escucha al pobre que lo invoca.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: Él me respondió y me libró de todos mis temores. R.
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
El Ángel del Señor acampa en tomo de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en Él se refugian! R.


Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 16-21) Gloria a ti Señor
3:16 Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
3:17 Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
3:18 El que cree en él no es juzgado; pero quien no cree ya está juzgado, porque no cree en el nombre del Hijo Unigénito de Dios.
3:19 Éste es el juicio: que vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
3:20 Pues todo el que obra mal odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no le acusen.
3:21 Pero el que obra según la verdad viene a la luz, para que sus obras se pongan de manifiesto, porque han sido hechas según Dios.
Palabra del Señor. + Gloria a ti Señor Jesús.


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