sábado, 4 de agosto de 2012

Defiéndeme y ayúdame, Dios mío


Santo(s) del día: San Juan María Vianney

Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste admirable a san Juan María Vianney por su amor a las almas, concédenos que, por amor a Cristo, trabajemos por la salvación de nuestros hermanos y podamos llegar con ellos a la gloria eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro del profeta Jeremías (26, 11-16. 24)
En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y al pueblo:
“Ese hombre, Jeremías, merece la muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes mismos lo han oído”.
Pero Jeremías les dijo a los jefes y al pueblo:
“El Señor me ha enviado a profetizar todo lo que han oído contra este templo y esta ciudad. Pues bien, corrijan su conducta y sus obras, escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se retractará de la amenaza que ha pronunciado contra ustedes.
Por mi parte, yo estoy en manos de ustedes: hagan de mí lo que les parezca justo y conveniente. Pero sépanlo bien: si me matan, ustedes, la ciudad y sus habitantes serán responsables de la muerte de un inocente, porque es cierto que el Señor me ha enviado a ustedes para anunciarles todas estas cosas”.
Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas:
“Este hombre no merece sentencia de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios”.
Entonces Ajicam, hijo de Safán, defendió a Jeremías, para que no fuera entregado en manos del pueblo y lo mataran.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor.

Salmo 68 + Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
Sácame de este cieno, no vaya a ser que me hunda; ponme a salvo, Señor, de los que me odian y de estas aguas tan profundas.
No dejes que me arrastre la corriente y que me trague el remolino; no dejes que se cierre sobre mí la boca del abismo.
Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido.
Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado.


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (14, 1-12) + Gloria a ti, Señor.
[1] En aquel entonces oyó el tetrarca Herodes la fama de Jesús,
[2] y les dijo a sus cortesanos: -
[3] Herodes, en efecto, había apresado a Juan, lo había encadenado y lo había metido en la cárcel a causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo,
[4] porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla».
[5] Y aunque quería matarlo, tenía miedo del pueblo porque lo consideraban un profeta.
[6] El día del cumpleaños de Herodes salió a bailar la hija de Herodías y le gustó tanto a Herodes,
[7] que juró darle cualquier cosa que pidiese.
[8] Ella, instigada por su madre, dijo: -Dame aquí, en esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.
[9] El rey se entristeció, pero por el juramento y por los comensales ordenó dársela.
[10] Y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
[11] Trajeron su cabeza en la bandeja y se la dieron a la muchacha, que la entregó a su madre.
[12] Acudieron luego sus discípulos, tomaron el cuerpo muerto, lo enterraron y fueron a dar la noticia a Jesús.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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