lunes, 10 de diciembre de 2012

Ya viene el rey, el Señor de la Tierra


Santo(s) del día: Santa Eulalia de Mérida, Nuestra señora de loreto

Oremos:
Escucha, Señor, nuestras plegarias y ayúdanos a prepararnos a celebrar con verdadera fe y pureza de corazón el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura del libro del profeta Isaías (35, 1-10)
1 ¡Que el desierto y la tierra árida se alegren, que se goce la estepa y florezca como las azucenas!
2 Florezca pujante y alégrese con gozo y cánticos de júbilo. Se le ha dado la gloria del Líbano, la gala de Carmelo y del Sarón, ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios.
3 Fortaleced las manos débiles, y consolidad las rodillas que flaquean.
4 Decid a los pusilánimes. «¡Cobrad ánimo, no temáis! Aquí está vuestro Dios, llega la venganza, la retribución de Dios. Él vendrá y os salvará».
5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos.
6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque manarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa;
7 el páramo se trocará en estanque, y el secarral en manantiales de aguas; en las guaridas donde se refugiaban los chacales habrá cañaverales y juncales.
8 Allí habrá calzada y camino, y será llamado Camino Santo. Nada inmundo pasará por él, y les resultará camino andadero, ni los más simples se extraviarán.
9 Allí no habrá leones, ni subirán fieras, nada de eso se encontrará allí, y caminarán los repatriados.
10 Regresarán los redimidos del Señor, llegarán a Sión con gritos de júbilo e infinita alegría en sus rostros, traerán regocijo y alegría, y desaparecerán la pena y los lamentos.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor.

Salmo 84 + Nuestro Dios viene a salvarnos. 
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5, 17-26) Gloria a ti, Señor. 
[17] Estaba Jesús un día enseñando. Y estaban sentados algunos fariseos y doctores de la Ley, que habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. Y la fuerza del Señor le impulsaba a curar.
[18] Entonces, unos hombres, que traían en una camilla a un paralítico, intentaban meterlo dentro y colocarlo delante de él.
[19] Y como no encontraban por dónde introducirlo a causa del gentío, subieron al terrado, y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla hasta ponerlo en medio, delante de Jesús.
[20] Al ver Jesús la fe de ellos, dijo: -Hombre, tus pecados te son perdonados.
[21] Entonces los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?»
[22] Pero conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: -¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?
[23] ¿Qué es más fácil decir: «Tus pecados te son perdonados», o decir: «Levántate, y anda»?
[24] Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados -se dirigió al paralítico-, a ti te digo: levántate, toma tu camilla y marcha a tu casa.
[25] Y al instante se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa glorificando a Dios.
[26] El asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios. Y llenos de temor decían: -Hoy hemos visto cosas maravillosas.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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