jueves, 5 de julio de 2012

La voluntad de Dios es santa


Santo(s) del día: San Antonio María Zaccaría

Oremos:
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.


Lectura del libro del profeta Amós (7, 10-17)
En aquel tiempo, Amasías, sacerdote de Betel, le envió este mensaje a Jeroboam, rey de Israel:
“Amós está conspirando contra ti en Israel y el país ya no puede soportar sus palabras, pues anda diciendo que Jeroboam morirá a espada e Israel saldrá de su país al destierro”.
Amasías le dijo a Amós:
“Vete de aquí, visionario, y huye al país de Judá; gánate allá el pan, profetizando; pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario del rey y templo del reino”.
Respondió Amós:
“Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ‘Ve y profetiza a mi pueblo, Israel’.
Y ahora escucha tú la palabra del Señor: ‘Tú me dices:
No profetices contra la casa de Israel. No vaticines contra la casa de Isaac’. Pues bien, esto dice el Señor:
‘Tu mujer será deshonrada en plena calle; tus hijos e hijas morirán a espada; tu tierra se la repartirán los vencedores; tú mismo morirás en tierra pagana e Israel será desterrado lejos de su país’ ”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 18 → La voluntad de Dios es santa.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea.


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 1-8) → Gloria a ti, Señor. 1 Jesús volvió a la barca, cruzó de nuevo el lago y vino a su ciudad. 2 Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: «¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!»
3 Algunos maestros de la Ley pensaron: «¡Qué manera de burlarse de Dios!» 4 Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal? 5 ¿Qué es más fácil: decir “Quedan perdonados tus pecados” o “Levántate y anda”? 6 Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.» Entonces dijo al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a casa.» 7 Y el paralítico se levantó y se fue a su casa.
8 La gente, al ver esto, quedó muy impresionada y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

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