martes, 27 de marzo de 2012

Sé valiente, espera en el Señor

Santo(s) del día: San Ruperto

Oremos:
Concédenos, Señor, la gracia de perseverar en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que tu pueblo santo aumente en número y crezca en santidad.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Números (21, 4-9)
En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al mar Rojo, para rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo:
“¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para qué muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable comida”.
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo:
“Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”.
Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
“Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 101 → Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida respóndeme.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos los pueblos y su gloria verá los poderosos.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 21-30) → Gloria a ti, Señor.
21 De nuevo Jesús les dijo: «Yo me voy y ustedes me buscarán. Pero ustedes no pueden ir a donde yo voy y morirán en su pecado.» 22 Los judíos se preguntaban: « ¿Por qué dice que a donde él va nosotros no podemos ir? ¿Pensará tal vez en suicidarse?»
23 Pero Jesús les dijo: «Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. 24 Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Yo les digo que si ustedes no creen que Yo soy, morirán en sus pecados.» 25 Le preguntaron: «Pero ¿quién eres tú?» Jesús les contestó: «Exactamente lo que acabo de decirles. 26 Tengo mucho que decir sobre ustedes y mucho que condenar, pero lo que digo al mundo lo aprendí del que me ha enviado: él es veraz.»
27 Ellos no comprendieron que Jesús les hablaba del Padre. 28 Y añadió: «Cuando levanten en alto al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que sólo digo lo que el Padre me ha enseñado. 29 El que me ha enviado está conmigo y no me deja nunca solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él.» 30 Esto es lo que decía Jesús, y muchos creyeron en él.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

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