sábado, 24 de marzo de 2012

En ti, Señor, me refugio

Santo(s) del día: Santa Catalina de Suecia

Oremos:
Que tu amor misericordioso dirija siempre, Señor, nuestros deseos y actividades, ya que sin tu ayuda no podemos agradarte. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro del profeta Jeremías (11, 18-20)
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
“El Señor me instruyó y yo comprendí; él me explicó lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado a degollar, y no sabía lo que tramaban contra mí, diciendo: ‘Talemos el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo de la tierra de los vivos y que su nombre no se pronuncie más’.
Ahora tú, Señor de los ejércitos, justo juez, que sondeas lo más íntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 7 → En ti, Señor, me refugio.
En ti, Dios mío, me refugio: de mis perseguidores, sálvame. No permitas que algunos, como fieras, me destrocen y nadie me rescate.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo del corazón humano, tú júzgame, Señor, según mis méritos; conforme a mi inocencia, da tu fallo. Apoya al hombre recto, pon fin a la maldad de los malvados.
Tengo mi escudo en Dios, que salva a los de recto corazón. Alabaré al Señor por su justicia y cantaré el nombre del Altísimo.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (7, 40-53) → Gloria a ti, Señor.
40 Muchos de los que escucharon esto decían: «Realmente este hombre es el Profeta». 41 Unos afirmaban: «Este es el Mesías». Pero otros decían: « ¿Cómo va a venir el Mesías de Galilea? 42 ¿No dice la Escritura que el Mesías es un descendiente de David y que saldrá de Belén, la ciudad de David?» 43 La gente, pues, estaba dividida a causa de Jesús. 44 Algunos querían llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima.

45 Cuando los guardias del Templo volvieron a donde los sacerdotes y los fariseos, les preguntaron: « ¿Por qué no lo han traído?» 46 Los guardias contestaron: «Nunca hombre alguno ha hablado como éste». 47 Los fariseos les dijeron: « ¿También ustedes se han dejado engañar? 48 ¿Hay algún jefe o algún fariseo que haya creído en él? 49 Pero esa gente que no conoce la Ley, ¡son unos malditos!»
50 Les respondió Nicodemo, el que había ido antes a ver a Jesús y que era uno de ellos. Dijo: 51 « ¿Acaso nuestra ley permite condenar a un hombre sin escucharle antes y sin averiguar lo que ha hecho?» 52 Le contestaron: « ¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea no salen profetas.» 53 Y se fue cada uno a su casa.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

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