Oremos:
Concede,
Señor, a tus hijos prepararse interiormente a la celebración de la
Pascua, para que la mortificación corporal, propia de este tiempo, dé
en cada uno de nosotros frutos espirituales. Por nuestro Señor
Jesucristo... Amén.
Lectura
del libro del profeta Ezequiel (18,
21-28)
Esto
dice el Señor:
“Si
el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda
mis preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente
vivirá y no morirá; no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá
a causa de la justicia que practicó.
¿Acaso
quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que
enmiende su conducta y viva?
Si el
justo se aparta de su justicia y comete maldad, no se recordará la
justicia que hizo. Por la iniquidad que perpetró, por el pecado que
cometió, morirá. Y si dice: ‘No es justo el proceder del Señor’,
escucha, casa de Israel:
¿Conque
es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el
injusto?
Cuando
el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere
por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal
que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su
vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente
vivirá y no morirá”.
Palabra
de Dios. → Te alabamos, Señor.
Salmo
129 → Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde
el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que
estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.
Si
conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se
salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos.
Confío
en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda
al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.
Como
aguarda a la aurora el centinela, aguarde Israel al Señor, porque del
Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él
redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades.
†
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 20-26) → Gloria a ti, Señor.
“Les aseguro que si su
justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente
no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han
oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que
mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo
el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el
tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el
tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del
lugar de castigo.
Por
lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te
acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu
hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
Arréglate
pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea
que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la
cárcel. Te aseguro que no saldrás de ahí hasta que hayas pagado
el último centavo”.
Palabra
del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús
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