martes, 12 de junio de 2012

Señor, no te alejes de nosotros


Santo(s) del día: Santo Domingo Savio

Oremos:
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del primer libro de los Reyes (17, 7-16)
Al cabo de algún tiempo, el torrente donde el profeta Elías estaba escondido se secó, porque no había llovido en la región. Entonces el Señor le dijo a Elías:
“Anda y vete a Sarepta de Sidón y quédate ahí, pues le he ordenado a una viuda de esa ciudad que te dé de comer”.
El profeta Elías se levantó y se puso en camino hacia Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda que recogía leña.La llamó y le dijo:
“Tráeme, por favor, un poco de agua para beber”. Cuando ella se alejaba, el profeta le gritó: “Por favor, tráeme también un poco de pan”.
Ella le respondió: “Te juro por el Señor, tu Dios, que no me queda ni un pedazo de pan; tan sólo me queda un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija. Ya ves que estaba recogiendo unos cuantos leños. Voy a preparar un pan para mí y para mi hijo. Nos lo comeremos y luego moriremos”.
Elías le dijo: “No temas. Anda y prepáralo como has dicho; pero primero haz un panecillo para mí y tráemelo. Después lo harás para ti y para tu hijo, porque así dice el Señor de Israel: ‘La tinaja de harina no se vaciará, la vasija de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra’ ”.
Entonces ella se fue, hizo lo que el profeta le había dicho y comieron él, ella y el niño. Y tal como había dicho el Señor por medio de Elías, a partir de ese momento, ni la tinaja de harina se vació, ni la vasija de aceite se agotó.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.


Salmo 4 → Señor, no te alejes de nosotros.
Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate y escucha mi oración.
Y ustedes, humanos, ¿hasta cuándo ultrajarán mi honor? ¿Hasta cuándo amarán lo que es engaño y se irán tras lo falso con ardor?
Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo y siempre que lo invoco me ha escuchado, por eso en él confío. Así que tiemblen y no pequen; mediten en silencio en su lecho.
¿Quién nos hará dichosos, dicen muchos, si has querido, Señor, darnos la espalda? En cambio a mí, Señor, me has alegrado más que con trigo y vino en abundancia.


† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 13-16) → Gloria a ti, Señor.
13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
14 Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? 15 Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario