sábado, 14 de abril de 2012

El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría


Santo(s) del día: San Valeriano Martir

Oremos:
Dios nuestro, que en tu bondad sin límites aumentas cada día el número de los que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, que han nacido a una nueva vida por medio del bautismo y concédeles alcanzar la resurrección gloriosa.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 13-21)
En aquellos días, los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran hombres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido como pertenecientes al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían a refutarlos, porque ahí estaba de pie, entre ellos, el hombre paralítico que había sido curado.
Por consiguiente, les mandaron que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron a deliberar entre sí:
“¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús”.
Entonces mandaron llamar a Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún motivo hablaran ni enseñaran en nombre de Jesús. Ellos replicaron: “Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído”.
Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque no encontraron la manera de castigarlos, ya que el pueblo entero glorificaba a Dios por lo sucedido.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 117 → La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. El Señor es mi fuerza y mi alegría; en el Señor está mi salvación. Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos:
 “La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo”. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me abandonó a la muerte.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (16, 9-15) → Gloria a ti, Señor.
9 Jesús, pues, resucitó en la madrugada del primer día de la semana. Se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. 10 Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañeros de Jesús y que estaban tristes y lo lloraban. 11 Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no le creyeron.
12 Después Jesús se apareció, bajo otro aspecto, a dos de ellos que se dirigían a un pueblito. 13 Volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco les creyeron.
14 Por último se apareció a los once discípulos mientras comían, y los reprendió por su falta de fe y por su dureza para creer a los que lo habían visto resucitado.
15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.


No hay comentarios:

Publicar un comentario