sábado, 7 de septiembre de 2013

¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,21-23):
Antes estabais también vosotros alejados de Dios y erais enemigos suyos por la mentalidad que engendraban vuestras malas acciones; ahora, en cambio, gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. La condición es que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis. En el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, y yo, Pablo, fui nombrado su ministro.
Palabra de Dios: + Te alabamos Señor.


Salmo: (53,3-4.6.8) + R/. Dios es mi auxilio
Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mi con tu poder. Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras. R/.
Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrificio voluntario, dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.


Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5): + Gloria a ti Señor. 
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del Señor: + Gloria a ti Señor Jesús.


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