lunes, 30 de abril de 2012

Estoy sediento del Dios que da la vida



Santo(s) del día: San José Benito de Cottolengo

Oremos:
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de la santa alegría pascual y, después en el cielo, de la felicidad eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (11, 1-18)
En aquellos días, los apóstoles y los hermanos que vivían en Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la palabra de Dios. Cuando Pedro regresó a Jerusalén, los circuncidados le hicieron reproches, diciendo:
“Has entrado en la casa de unos incircuncisos y has comido con ellos”.
Entonces Pedro les contó desde el principio lo que le había pasado:
“Estaba yo en la ciudad de Jafa, en oración, cuando tuve una visión y vi algo semejante a un gran mantel, que sostenido por las cuatro puntas, bajaba del cielo hasta donde yo me encontraba. Miré con atención aquella cosa y descubrí que había en ella toda clase de cuadrúpedos, fieras, reptiles y aves. Oí luego una voz queme decía: ‘Levántate, Pedro. Mata el animal que quieras y come’.
Pero yo le respondí:
‘Ni pensarlo, Señor. Jamás he comido nada profano o impuro’. La voz del cielo me habló de nuevo: ‘No tengas tú por impuro lo que Dios ha hecho puro’. Esto se repitió tres veces y luego todo fue recogido hacia el cielo.
En aquel instante, se presentaron en la casa donde yo estaba tres hombres, que venían de Cesarea, con un recado para mí. El Espíritu me dijo entonces que me fuera con ellos sin dudar.
También fueron conmigo estos seis hermanos y todos entramos en casa de aquel hombre. El nos contó cómo había visto de pie, ante él, a un ángel que le dijo: ‘Manda a buscar en Jafa a Simón, llamado Pedro. Lo que él te diga, te traerá la salvación a ti y a toda tu familia’.
En cuanto empecé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como había descendido al principio sobre nosotros. Entonces me acordé de lo que había dicho el Señor: ‘Juan bautizó con agua; pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo’. Por lo tanto, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesús, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?”
Con esto se apaciguaron y alabaron a Dios, diciendo: “Por lo visto, también a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmos 41 y 42 → Estoy sediento del Dios que da la vida. Aleluya.
Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo?
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 1-10) → Gloria a ti, Señor. 
1 «En verdad les digo: el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador. 2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3 El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera. 4 Cuando ha sacado todas sus ovejas, empieza a caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5 A otro no lo seguirían, sino que huirían de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
6 Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
7 Jesús, pues, tomó de nuevo la palabra: En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta: el que entre por mí estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento.
10 El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud.

Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

sábado, 28 de abril de 2012

Cumpliré mis promesas al Señor


Santo(s) del día: Santa Gianna Beretta

Oremos:
Dios nuestro, que por medio del bautismo haces participar de la vida de Cristo a los que creen en ti, protégenos de los engaños del enemigo, para que podamos conservar fielmente el don de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (9, 31-42)
En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.
Pedro recorría toda la región y una vez fue a visitar a los fieles que vivían en Lida. Ahí encontró a un hombre, llamado Eneas, que tenía ya ocho años de estar en cama, paralítico. Pedro le dijo:
“Eneas, Jesucristo te da la salud. Levántate y tiende tu cama”. Eneas se levantó inmediatamente; y todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón que lo vieron, se convirtieron al Señor.
Había en Jafa, entre los discípulos, una mujer llamada Tabitá (que significa “gacela”), la cual hacía infinidad de obras buenas y repartía limosnas. En aquellos días cayó enferma y murió. Lavaron su cadáver y lo tendieron en una habitación del segundo piso. Como Lida está cerca de Jafa, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allá, enviaron dos hombres para suplicarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro fue con ellos. Tan pronto como llegó, lo condujeron a la habitación del segundo piso. Allí lo rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos que Tabitá les había hecho, cuando aún vivía.
Pedro mandó salir a todos, se postró de rodillas y se puso a orar; luego, dirigiéndose a la muerta, dijo: “Tabitá, levántate”.
Ella abrió los ojos y al ver a Pedro, se incorporó. El la tomó de la mano y la levantó; llamó a los fieles y a las viudas y se la entregó viva. Esto se supo por toda Jafa y muchos creyeron en el Señor.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.


Salmo 115 → ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Aleluya.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. A los ojos de Dios es muy penoso que mueran sus amigos.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 60-69) → Gloria a ti, Señor.
60 Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?»
61 Jesús se dio cuenta de que sus discípulos criticaban su discurso y les dijo: «¿Les desconcierta lo que he dicho? 62 ¿Qué será, entonces, cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes? 63 El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. 64 Pero hay entre ustedes algunos que no creen.»
 Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién lo iba a entregar. 65 Y agregó: «Como he dicho antes, nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.»
66 A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle. 67 Jesús preguntó a los Doce: «¿Quieren marcharse también ustedes?» 68 Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.»
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

viernes, 27 de abril de 2012

Que aclamen al Señor todos los pueblos



Santo(s) del día: San Toribio de Mogrovejo

Oremos:
Dios todopoderoso, que nos has dado la gracia de conocer la resurrección de tu Hijo, haz que resucitemos a una vida nueva por medio de tu Espíritu de amor.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (9, 1-20)
En aquellos días, Saulo, amenazando todavía de muerte a los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote y le pidió, para las sinagogas de Damasco, cartas que lo autorizaran para traer presos a Jerusalén a todos aquellos hombres y mujeres que seguían la nueva doctrina.
Pero sucedió que, cuando se aproximaba a Damasco, una luz del cielo lo envolvió de repente con su resplandor. Cayó por tierra y oyó una voz que le decía:
“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Preguntó él: “¿Quién eres, Señor?” La respuesta fue: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate. Entra en la ciudad y ahí se te dirá lo que tienes que hacer”.
Los hombres que lo acompañaban en el viaje se habían detenido, mudos de asombro, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no podía ver. Lo llevaron de la mano hasta Damasco y ahí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo que se llamaba Ananías, a quien se le apareció el Señor y le dijo: “Ananías”. El respondió: “Aquí estoy, Señor”.
El Señor le dijo:
“Ve a la calle principal y busca en casa de Judas a un hombre de Tarso, llamado Saulo, que está orando”. Saulo tuvo también la visión de un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para que recobrara la vista.
Ananías contestó:
“Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus fieles en Jerusalén. Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para poner presos a todos los que invocan tu nombre”. Pero el Señor le dijo:
“No importa. Tú ve allá, porque yo lo he escogido como instrumento, para que me dé a conocer a las naciones, a los reyes y a los hijos de Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi causa”.
Ananías fue allá, entró en la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: “Saulo, hermano, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo”.
Al instante, algo como escamas se le desprendió de los ojos y recobró la vista. Se levantó y lo bautizaron. Luego comió y recuperó las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos en Damasco y se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 117 → Que aclamen al Señor todos los pueblos. Aleluya. Que alaben al Señor, todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.


† Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 52-59) → Gloria a ti, Señor.
52 Los judíos discutían entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer carne?» 53 Jesús les dijo: «En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.
55 Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. 58 Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre.
59 Así habló Jesús en Cafarnaúm enseñando en la sinagoga.

Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

jueves, 26 de abril de 2012

El Señor es nuestra fortaleza y salvación


Santo(s) del día: San Rafael Arnaíz Barón

Oremos:
Señor, muéstranos siempre ese amor que en estos días de Pascua nos has revelado con mayor claridad, y concédenos que, libres del error y del pecado, sigamos con fidelidad tus enseñanzas.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (8, 26-40)
En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe:
“Levántate y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco transitado”. Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope, alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y administrador de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe:
“Acércate y camina junto a ese carro”. Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó:
“¿Entiendes lo que estás leyendo?”
El le contestó: “¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?” Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste:
Como oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra?
El etíope le preguntó a Felipe:
“Dime, por favor: ¿De quién dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?” Felipe comenzó a hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús.
Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y dijo el etíope: “Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?” Felipe le contestó:
“Ninguna, si crees de todo corazón”.
Respondió el etíope:
“Creo que Jesús es el Hijo de Dios”. Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que llegó a Cesarea.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 65 → Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.
Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies.
Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí; a él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó alabanzas.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 44-51) → Gloria a ti, Señor.
44 Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió. Y yo lo resucitaré en el último día. 45 Está escrito en los Profetas: Serán todos enseñados por Dios, y es así como viene a mí toda persona que ha escuchado al Padre y ha recibido su enseñanza. 46 Pues por supuesto que nadie ha visto al Padre: sólo Aquel que ha venido de Dios ha visto al Padre.
47 En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida. 49 Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron: 50 aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran.
51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.»
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

miércoles, 25 de abril de 2012

San Marcos Evangelista - Fiesta


Santo(s) del día: San Marcos Evangelista

Oremos:
Señor, tú que confiaste a san Marcos la misión de proclamar el Evangelio, concédenos aprovechar sus enseñanzas para seguir fielmente el ejemplo de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5, 5-14)
Queridos hermanos:
Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes.
Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.
Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno.
Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 88 → Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos”.
El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los santos. ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el Señor entre los dioses?
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia.

 † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (16, 15-20) → Gloria a ti, Señor.
15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. 16 El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer será condenado.
17 Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos.»
19 Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
20 Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba con ellos y confirmaba el mensaje con los milagros que los acompañaban. 
Palabra del Señor.→ Gloria a ti, Señor Jesús.


martes, 24 de abril de 2012

En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu


Santo(s) del día: San Fidel de Sigmaringa

Oremos:
Dios nuestro, que abres las puertas de tu Reino a quienes renacen del agua y del Espíritu Santo, haz fructificar en nosotros la gracia del bautismo para que, libres de toda culpa, podamos alcanzar la herencia que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (7, 51—8, 1)
En aquellos días, habló Esteban ante el sanedrín, diciendo:
“Hombres de cabeza dura, cerrados de corazón y de oídos. Ustedes resisten siempre al Espíritu Santo; ustedes son iguales a sus padres. ¿A qué profeta no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del justo, al que ahora ustedes han traicionado y dado muerte. Recibieron la ley por medio de los ángeles y no la han observado”.
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo:
“Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo.
Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración:
“Señor Jesús, recibe mi espíritu”.
Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz:
“Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Diciendo esto, se durmió en el Señor. Y Saulo estuvo de acuerdo en que mataran a Esteban.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 30 → En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y guíame.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. En ti, Señor, deposito mi confianza y tu misericordia me llenará de alegría.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia; cuídame, Señor, y escóndeme junto a ti, lejos de las intrigas de los hombres.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 30-35) → Gloria a ti, Señor.
30 Le dijeron: «¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal milagrosa haces tú, para que la veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? 31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.»
32 Jesús contestó: «En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. 33 El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo.» 34 Ellos dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.»
35 Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 23 de abril de 2012

«La voluntad de Dios, es que creáis en aquel que ha enviado»



Santo del día: San Adalberto de Praga

Libro de los Hechos de los Apóstoles 6,8-15.
 Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo.
Algunos miembros de la sinagoga llamada "de los Libertos", como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él.
Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra,
sobornaron a unos hombres para que dijeran que le habían oído blasfemar contra Moisés y contra Dios.
Así consiguieron excitar al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y llegando de improviso, lo arrestaron y lo llevaron ante el Sanedrín.
Entonces presentaron falsos testigos, que declararon: "Este hombre no hace otra cosa que hablar contra el Lugar santo y contra la Ley.
Nosotros le hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá este Lugar y cambiará las costumbres que nos ha transmitido Moisés".
En ese momento, los que estaban sentados en el Sanedrín tenían los ojos clavados en él y vieron que el rostro de Esteban parecía el de un ángel.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 119(118),23-24.26-27.29-30. → ¡Bendito seas, Señor, enséñame tus preceptos!
Aunque príncipes sesionen en mi contra, tu servidor meditará en tus maravillas.
Tus testimonios son también mis delicias, tus preceptos son mis consejeros.
Te expuse mis proyectos y me respondiste: enséñame tus preceptos.
Haz que tome el camino de tus ordenanzas para que medite tus maravillas.
Aleja de mí el camino engañador, y dame la gracia de tu Ley.
He elegido el camino de la verdad, y tus juicios he deseado.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6,22-29. → Gloria a ti, Señor.
22 Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago se dio cuenta que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había subido con sus discípulos en la barca, sino que éstos se habían ido solos. 23 Mientras tanto algunas lanchas de Tiberíades habían atracado muy cerca del lugar donde todos habían comido el pan. 24 Al ver que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, la gente subió a las lanchas y se dirigieron a Cafarnaúm en busca de Jesús.
25 Al encontrarlo al otro lado del lago, le preguntaron: «Rabbí (Maestro), ¿cómo has venido aquí?»
26 Jesús les contestó: «En verdad les digo: Ustedes me buscan, no porque han visto a través de los signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. 27 Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.»
28 Entonces le preguntaron: «¿Qué tenemos que hacer para trabajar en las obras de Dios?» 29 Jesús respondió: «La obra de Dios es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado.»
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

sábado, 21 de abril de 2012

Demos gracias a Dios, al son del arpa


Santo(s) del día: San Conrado Parzham

Oremos:
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que, cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (6, 1-7)
En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.
Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron:
“No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra”.
Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.
Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo; en Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 32 → El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios, al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 16-21) → Gloria a ti, Señor.
16 Al llegar la noche, sus discípulos bajaron a la orilla 17 y, subiendo a una barca, cruzaron el lago rumbo a Cafarnaúm. Habían visto caer la noche sin que Jesús se hubiera reunido con ellos, 18 y empezaban a formarse grandes olas debido al fuerte viento que soplaba.
19 Habían remado como unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y se llenaron de espanto. 20 Pero él les dijo: «Soy Yo, no tengan miedo.»
21 Quisieron subirlo a la barca, pero la barca se encontró en seguida en la orilla adonde se dirigían.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

viernes, 20 de abril de 2012

Cristo fue condenado por nuestros pecados


Santo(s) del día: Santa Inés Montepulciano

Oremos:
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos llegar con él a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (5, 34-42)
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y respetado por todo el pueblo, se levantó en el sanedrín, mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea:
“Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con esos hombres. No hace mucho surgió un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó Judas el Galileo y muchos lo siguieron.
Pero también Judas pereció y se desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se proponen y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí mismo. Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan a luchar contra Dios”.
Los demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 26 → El Señor es mi luz y mi salvación. Aleluya.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 1-15) → Gloria a ti, Señor.
1 Después Jesús pasó a la otra orilla del lago de Galilea, cerca de Tiberíades. 2 Le seguía un enorme gentío a causa de las señales milagrosas que le veían hacer en los enfermos. 3 Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos. 4 Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
5 Jesús, pues, levantó los ojos y, al ver el numeroso gentío que acudía a él, dijo a Felipe: « ¿Dónde iremos a comprar pan para que coma esa gente?» 6 Se lo preguntaba para ponerlo a prueba, pues él sabía bien lo que iba a hacer. 7 Felipe le respondió: «Doscientas monedas de plata no alcanzarían para dar a cada uno un pedazo.» 8 Otro discípulo, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo: 9 «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es esto para tanta gente?» 10 Jesús les dijo: «Hagan que se siente la gente.»
Había mucho pasto en aquel lugar, y se sentaron los hombres en número de unos cinco mil. 11 Entonces Jesús tomó los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, y todos recibieron cuanto quisieron. 12 Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que han sobrado para que no se pierda nada.» 13 Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos que no se habían comido: eran las sobras de los cinco panes de cebada.
14 Al ver la señal que Jesús había hecho, los hombres decían: «Este es sin duda el Profeta que había de venir al mundo.» 15 Jesús se dio cuenta de que iban a tomarlo por la fuerza para proclamarlo rey, y nuevamente huyó al monte él solo.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

jueves, 19 de abril de 2012

El Señor escucha al hombre justo


Santo(s) del día: San Expedito

Oremos:
Concédenos, Padre misericordioso, que veamos fructificar en nuestra vida las gracias recibidas durante esta Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (5, 27-33)
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles:
“Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre”.
Pedro y los otros apóstoles replicaron:
“Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados.
Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen”.
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 33 → Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.
En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 31-36) → Gloria a ti, Señor.
31 El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo, 32 por más que dé testimonio de lo que allí ha visto y oído, nadie acepta su testimonio. 33 Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz.
34 Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y da el Espíritu sin medida, 35 porque el Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos. 36 El que cree en el Hijo vive de vida eterna; en cambio, el que no cree en el Hijo tendrá que enfrentar un juicio de Dios; nunca conocerá la vida.»
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

miércoles, 18 de abril de 2012

Bendeciré al Señor a todas horas


Santo(s) del día: San Francisco Solano

Oremos:
Dios nuestro, que con la Pascua de tu Hijo has devuelto al hombre su dignidad perdida y le has dado la esperanza de la resurrección, concédenos agradecerte siempre, con amor, este misterio de fe que estamos celebrando.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (5, 17-26)
En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de ahí y les dijo: “Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida”. Para obedecer la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar:
“Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro”.
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno y les dijo:
“Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo”.
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 33 → Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 16-21) → Gloria a ti, Señor.
16 ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. 18 Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios.
19 Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. 20 Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas. 21 Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios.»
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

martes, 17 de abril de 2012

Señor, la santidad adorna tu templo


Santo(s) del día: Beata Tekakwitha

Oremos:
Haz, Señor, que nuestra vida toda sea testimonio vivo del poder de Cristo resucitado, que nos ha hecho morir con él al pecado, para que podamos resucitar con él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 32-37)
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 92 → El Señor es un rey magnífico. Aleluya.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 7-15) → Gloria a ti, Señor.
7 No te extrañes de que te haya dicho: “Necesitan nacer de nuevo desde arriba”. 8 El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.»
9 Nicodemo volvió a preguntarle: «¿Cómo puede ser eso?» 10 Respondió Jesús: «Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas?
11 En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. 12 Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo? 13 Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre.
14 Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, 15 y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 16 de abril de 2012

Dichosos los que esperan en el Señor



Santo(s) del día: Santa Bernardita

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos gozar, un día, de la herencia que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 23-31)
En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo:
“Señor, tú has creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste:
¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes se aliaron contra el Señor y contra su Mesías.
Esto fue lo que sucedió, cuando en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia habían determinado que sucediera.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús”.
Al terminar la oración tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a anunciar la palabra de Dios con valentía.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 2 → Dichosos los que esperan en el Señor. Aleluya.
¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevan los reyes de la tierra y los príncipes se alían contra el Señor y contra su Mesías, diciendo: “Rompamos sus cadenas, sacudamos sus ataduras”.
El que vive en el cielo sonríe; desde lo alto, el Señor se ríe de ellos. Después les habla con ira y los espanta con su cólera: “Yo mismo lo he constituido como rey en Sión, mi monte santo”.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: “Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad toda la tierra. Podrás gobernarlas con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros”.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 1-8) → Gloria a ti, Señor.
1 Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: 2 «Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él.»
3 Jesús le contestó: «En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba.»
4 Nicodemo le dijo: «¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre para nacer una segunda vez?» 5 Jesús le contestó: «En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu.
7 No te extrañes de que te haya dicho: “Necesitan nacer de nuevo desde arriba”. 8 El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.»
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

sábado, 14 de abril de 2012

El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría


Santo(s) del día: San Valeriano Martir

Oremos:
Dios nuestro, que en tu bondad sin límites aumentas cada día el número de los que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, que han nacido a una nueva vida por medio del bautismo y concédeles alcanzar la resurrección gloriosa.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 13-21)
En aquellos días, los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran hombres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido como pertenecientes al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían a refutarlos, porque ahí estaba de pie, entre ellos, el hombre paralítico que había sido curado.
Por consiguiente, les mandaron que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron a deliberar entre sí:
“¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús”.
Entonces mandaron llamar a Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún motivo hablaran ni enseñaran en nombre de Jesús. Ellos replicaron: “Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído”.
Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque no encontraron la manera de castigarlos, ya que el pueblo entero glorificaba a Dios por lo sucedido.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 117 → La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. El Señor es mi fuerza y mi alegría; en el Señor está mi salvación. Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos:
 “La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo”. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me abandonó a la muerte.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación.

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (16, 9-15) → Gloria a ti, Señor.
9 Jesús, pues, resucitó en la madrugada del primer día de la semana. Se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. 10 Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañeros de Jesús y que estaban tristes y lo lloraban. 11 Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no le creyeron.
12 Después Jesús se apareció, bajo otro aspecto, a dos de ellos que se dirigían a un pueblito. 13 Volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco les creyeron.
14 Por último se apareció a los once discípulos mientras comían, y los reprendió por su falta de fe y por su dureza para creer a los que lo habían visto resucitado.
15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.


viernes, 13 de abril de 2012

Este hombre ha sanado en el nombre de Jesús


Santo(s) del día: San Martín I

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que en el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo ofreces a los hombres el pacto de la reconciliación y de la paz, concédenos realizar en nuestra vida este misterio que proclamamos con la fe.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 1-12)
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Los aprehendieron, y como ya era tarde, los encerraron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero ya muchos de los que habían escuchado sus palabras, unos cinco mil hombres, habían abrazado la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer ante ellos a Pedro y a Juan y les preguntaron: “¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho todo esto?”
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo:
“Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular.
Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 117 → La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericordia es eterna”.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (21, 1-14) → Gloria a ti, Señor.
1 Después de esto, nuevamente se manifestó Jesús a sus discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Y se manifestó como sigue: 2 Estaban reunidos Simón Pedro, Tomás el Mellizo, Natanael, de Caná de Galilea, los hijos del Zebedeo y otros dos discípulos. 3 Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Contestaron: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
4 Al amanecer, Jesús estaba parado en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él. 5 Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo que comer?» Le contestaron: «Nada.» 6 Entonces Jesús les dijo: «Echen la red a la derecha y encontrarán pesca.» Echaron la red, y no tenían fuer zas para recogerla por la gran cantidad de peces.
7 El discípulo al que Jesús amaba dijo a Simón Pedro: «Es el Señor.» 8 Apenas Pedro oyó decir que era el Señor, se puso la ropa, pues estaba sin nada, y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron con la barca —de hecho, no estaban lejos, a unos cien metros de la orilla; arrastraban la red llena de peces.
9 Al bajar a tierra encontraron fuego encendido, pescado sobre las brasas y pan. 10 Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar.» 11 Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres pescados grandes. Y a pesar de que hubiera tantos, no se rompió la red.
12 Entonces Jesús les dijo: «Vengan a desayunar». Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor. 13 Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo hizo con los pescados.
14 Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.→ Gloria a ti, Señor Jesús.


jueves, 12 de abril de 2012

Arrepiéntanse y conviértanse



Santo(s) del día: San José Moscati

Oremos:
Dios nuestro, que has reunido pueblos de toda la tierra para alabar tu nombre, concede a todos tus hijos, nacidos a una vida nueva por medio del bautismo, tener una misma fe y manifestarla en la vida con un mismo amor.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3, 11-26)
Como el paralítico curado por Pedro y Juan no se les despegaba, todo el pueblo, asombrado, corrió hacia ellos al pórtico de Salomón. Al ver a la muchedumbre, Pedro les dirigió la palabra:
“Israelitas: ¿Por qué les causa admiración esto y por qué nos miran de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud hubiéramos hecho andar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilatos, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad.
Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos.
El nombre de Jesús y la fe en él es lo que ha robustecido los miembros de este hombre al que están viendo y todos conocen. Esta fe es la que le ha restituido completamente la salud, como pueden observar.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer.
Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se les perdonen sus pecados y el Señor les mande el tiempo de la consolación y les envíe de nuevo a Jesús, el Mesías que les estaba destinado; aunque él tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal, de la que habló Dios por boca de su profeta desde muy antiguo.
En efecto, Moisés dijo:
El Señor Dios hará surgir de entre sus hermanos un profeta como yo. Escuchen todo cuanto les diga; quien no escuche al profeta, será expulsado del pueblo. Y todos los profetas, a partir de Samuel, anunciaron igualmente estos días.
Ustedes son herederos de los profetas y beneficiarios de la alianza que Dios hizo con sus padres, cuando le dijo a Abraham: Tu descendencia será fuente de bendición para toda la humanidad. Para ustedes, en primer lugar, ha resucitado Dios a su siervo y lo ha enviado para bendecirlos y ayudarlos a que cada uno se aparte de sus iniquidades”.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.


Salmo 8 → ¡Qué admirable, Señor, es tu poder! Aleluya.
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes?
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.


† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (24, 35-48) → Gloria a ti, Señor.
35 Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
36 Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús se presentó en medio de ellos (y les dijo: «Paz a ustedes.») 37 Quedaron atónitos y asustados, pensando que veían algún espíritu, 38 pero él les dijo: «¿Por qué se desconciertan? ¿Cómo se les ocurre pensar eso? 39 Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.» 40 (Y dicho esto les mostró las manos y los pies).
41 Y como no acababan de creerlo por su gran alegría y seguían maravillados, les dijo: «¿Tienen aquí algo que comer?» 42 Ellos, entonces, le ofrecieron un pedazo de pescado asado (y una porción de miel); 43 lo tomó y lo comió delante ellos.
44 Jesús les dijo: «Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí.»
45 Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras. 46 Les dijo: «Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. 47 Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. 48 Ustedes son testigos de todo esto.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

miércoles, 11 de abril de 2012

Recurran al Señor y a su poder


Santo(s) del día: Santa Gemma Galgani

Oremos:
Dios nuestro, que en la liturgia pascual nos concedes cada año la alegría de revivir la resurrección del Señor, haz que el júbilo de estos días alcance su plenitud en la Pascua del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3, 1-10)
En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la “Hermosa”, para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo:
“Míranos”. El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo:
“No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina”. Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando, saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta “Hermosa” del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que había sucedido.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

 Salmo 104 → Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera.


† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (24, 13-35) → Gloria a ti, Señor.
13 Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén, 14 e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido. 15 Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos, 16 pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
17 El les dijo: «¿De qué van discutiendo por el camino?» Se detuvieron, y parecían muy desanimados. 18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos días?» 19 «¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús Nazareno!»
Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo el pueblo. 20 Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz. 21 Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Sea lo que sea, ya van dos días desde que sucedieron estas cosas.
22 En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado, 23 pues fueron muy de mañana al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron hablando de una aparición de ángeles que decían que estaba vivo. 24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.»
25 Entonces él les dijo: «¡Qué poco entienden ustedes y qué lentos son sus corazones para creer todo lo que anunciaron los profetas! 26 ¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?» 27 Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas.
28 Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante, 29 pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos.
30 Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. 31 En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. 32 Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
33 De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo. 34 Estos les dijeron: «Es verdad: el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.» 35 Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.

martes, 10 de abril de 2012

El Señor nos llenará de gloria eternamente



Santo(s) del día: San Ezequiel

Oremos:
Señor, tú que nos has librado del pecado por medio de la muerte y resurrección de tu Hijo, prosigue en nosotros la obra liberadora de tu gracia y concédenos el gozo de celebrar la Pascua eterna, que ya desde ahora nos llena de esperanza y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 36-41)
El día de Pentecostés, dijo Pedro a los judíos:
“Sepa todo Israel, con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado”.
Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
“¿Qué tenemos que hacer, hermanos?”
Pedro les contestó:
“Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos”.
Con éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles: “Pónganse a salvo de este mundo corrompido”.
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 32 → En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti,Señor, hemos confiado.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (20, 11-18) → Gloria a ti, Señor.
11 María se había quedado llorando fuera, junto al sepulcro. Mientras lloraba se inclinó para mirar dentro 12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. 13 Le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?» Les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
14 Dicho esto, se dio vuelta y vio a Jesús allí, de pie, pero no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella creyó que era el cuidador del huerto y le contestó: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.»
16 Jesús le dijo: «María». Ella se dio la vuelta y le dijo: «Rabboní», que quiere decir «Maestro». 17 Jesús le dijo: «Suéltame, pues aún no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.»
18 María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor y me ha dicho esto.»
Palabra del Señor.→ Gloria a ti, Señor Jesús.

lunes, 9 de abril de 2012

Lunes de Pascua


Santo(s) del día: San Lorenzo de Irlanda

Libro de los Hechos de los Apóstoles 2,14.22-33.
Entonces, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.
Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen, a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles.
Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él.
En efecto, refiriéndose a él, dijo David: Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile.
Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza, porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción.
Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy.
Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono.
Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción.
A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos.
Exaltado por el poder de Dios, él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen.
Palabra de Dios. → Te alabamos, Señor.

Salmo 16(15),1-2a.5.7-8.9-10.11. → Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: "Señor, tú eres mi bien, no hay nada superior a ti".
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte!
Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré.
Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás la Muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.

Evangelio según San Mateo 28,8-15. → Gloria a ti, Señor.
Ellas se fueron al instante del sepulcro, con temor, pero con una alegría inmensa a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos.
9 En eso Jesús les salió al encuentro en el camino y les dijo: «Paz a ustedes.» Las mujeres se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron. 10 Jesús les dijo: «No tengan miedo. Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán.»
11 Mientras las mujeres iban, unos guardias corrieron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. 12 Estos se reunieron con las autoridades judías y acordaron dar a los soldados una buena cantidad de dinero 13 para que dijeran: «Los discípulos de Jesús vinieron de noche y, como estábamos dormidos, robaron el cuerpo. 14 Si esto llega a oídos de Pilatos, nosotros lo arreglaremos para que no tengan problemas.» Los soldados recibieron el dinero e hicieron como les habían dicho. 15 De ahí salió la mentira que ha corrido entre los judíos hasta el día de hoy.
Palabra del Señor. → Gloria a ti, Señor Jesús.