lunes, 19 de noviembre de 2012

Recuerda de dónde has caído y arrepiéntete


Santo(s) del día: San Abdías

Oremos:
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. 

Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan (1, 1-4; 2, 1-5) 
[1] Revelación de Jesucristo, que Dios le ha comunicado para manifestar a sus siervos lo que va a suceder pronto, y que, enviando a su ángel, dio a conocer a su siervo Juan,
[2] quien ha dado testimonio de todo lo que vio: la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
[3] Bienaventurado quien lea y quienes escuchen las palabras de esta profecía, y guarden lo que está escrito en ella; porque el momento está cerca.
[4] Juan, a las siete iglesias que están en Asia: la gracia y la paz estén con vosotros, de parte de aquel que es, que era y que va a venir; de parte de los siete espíritus que están delante de su trono,
[1] Al ángel de la iglesia de Éfeso escríbele: «Esto dice el que tiene las siete estrellas en la mano derecha, el que anda por en medio de los siete candelabros de oro:
[2] "Conozco tus obras, tu fatiga y tu constancia; que no puedes soportar a los malvados y que has puesto a prueba a los que se dicen apóstoles y no lo son, y los encontraste mentirosos;
[3] que tienes paciencia y has sufrido por mi nombre, sin desfallecer.
[4] Pero tengo contra ti que has perdido la caridad que tenías al principio.
[5] Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete, y practica las obras de antes. De lo contrario, iré adonde estás tú y desplazaré tu candelabro de su sitio, a no ser que te conviertas.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 

Salmo 1 + El Señor protege al justo. 
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18, 35-43) + Gloria a ti, Señor. 
[35] Cuando se acercaban a Jericó, un ciego estaba sentado al lado del camino mendigando.
[36] Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué era aquello.
[37] Le contestaron: -Es Jesús Nazareno, que pasa.
[38] Y gritó diciendo: -¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!
[39] Y los que iban delante le reprendían para que se estuviera callado. Pero él gritaba mucho más: -¡Hijo de David, ten piedad de mí!
[40] Jesús, parándose, mandó que lo trajeran ante él. Y cuando se acercó, le preguntó:
[41] -¿Qué quieres que te haga? -Señor, que vea -respondió él.
[42] Y Jesús le dijo: -Recobra la vista, tu fe te ha salvado.
[43] Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al presenciarlo, alabó a Dios.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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