jueves, 8 de noviembre de 2012

El que busca al Señor será dichoso


Santo(s) del día: Santos Coronados

Oremos:
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (3, 3-8) 
[3] Pues nosotros somos la circuncisión, los que servimos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús y no confiamos en la carne,
[4] aunque yo podría confiar en la carne. Si algún otro piensa que puede confiar en la carne, yo aún más:
[5] fui circuncidado al octavo día, soy del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo, hijo de hebreos, y, ante la Ley, fariseo;
[6] a causa del celo por ella, perseguidor de la Iglesia. En lo que se refiere a la justicia de la Ley, llegué a ser irreprochable.
[7] Sin embargo, cuanto era para mí ganancia, por Cristo lo considero como pérdida.
[8] Es más, considero que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él perdí todas las cosas, y las considero como basura con tal de ganar a Cristo
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor.

Salmo 104 + El que busca al Señor será dichoso. 
Entonen en su honor himnos y cantos; celebren sus portentos. Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca.
Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos.
Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (15, 1-10) + Gloria a ti, Señor. 
[1] Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle.
[2] Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: -Éste recibe a los pecadores y come con ellos.
[3] Entonces les propuso esta parábola:
[4] -¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y sale en busca de la que se perdió hasta encontrarla?
[5] Y, cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso,
[6] y, al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: «Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió».
[7] Os digo que, del mismo modo, habrá en el cielo mayor alegría por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de conversión.
[8] »¿O qué mujer, si tiene diez dracmas y pierde una, no enciende una luz y barre la casa y busca cuidadosamente hasta encontrarla?
[9] Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas y les dice: «Alegraos conmigo, porque he encontrado la dracma que se me perdió».
[10] Así, os digo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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