viernes, 2 de noviembre de 2012

Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos - Espero ver la bondad del Señor


Oremos:
Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que, al proclamar nuestra fe en la resurrección de tu Hijo, se avive también nuestra esperanza en la resurrección de nuestros hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. 

Lectura del libro de Job (19, 1. 23-27) 
19:1 Job intervino y dijo:
23 ¡Quién me diera poder escribir mis palabras! ¡Quién me diera poderlas grabar sobre bronce!
24 ¡Y con punzón de hierro y plomo esculpirlas en la roca para siempre!
25 Bien sé yo que mi defensor vive y que Él, el último, se alzará sobre el polvo.
26 Y después de que mi piel se haya destruido, desde mi carne veré a Dios.
27 Yo lo veré por mí mismo, mis ojos lo contemplarán y no otro. Dentro de mí desfallecen mis entrañas.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor. 

Salmo 24 + A ti, Señor, levanto mi alma. 
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Señor, acuérdate de mí con ese mismo amor y esa ternura.
Alivia mi angustiado corazón y haz que lleguen mis penas a su fin. Contempla mi miseria y mis trabajos y perdóname todas mis ofensas.
Protégeme, Señor, mi vida salva, que jamás quede yo decepcionado de haberte entregado mi confianza; la rectitud e inocencia me defiendan, pues en ti tengo puesta mi esperanza.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (3, 20-21)
[20] Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo,
[21] el cual transformará nuestro cuerpo vil en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.
Palabra de Dios. + Te alabamos, Señor.


† Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (15, 33-39; 16, 1-6) + Gloria a ti, Señor. 
[33] Y cuando llegó la hora sexta, toda la tierra se cubrió de tinieblas hasta la hora nona.
[34] Y a la hora nona exclamó Jesús con fuerte voz: -"Eloí, Eloí, ¿lemá sabacthaní?" -que significa "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"
[35] Y algunos de los que estaban cerca, al oírlo, decían: -Mirad, llama a Elías.
[36] Uno corrió a empapar una esponja "con vinagre", la sujetó a una caña y se lo "daba a beber" mientras decía: -Dejad, veamos si viene Elías a bajarlo.
[37] Pero Jesús, dando una gran voz, expiró.
[38] Y el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo.
[39] El centurión, que estaba enfrente de él, al ver cómo había expirado, dijo: -En verdad este hombre era Hijo de Dios.
[1] Pasado el sábado, María Magdalena y María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús.
[2] Y, muy de mañana, al día siguiente del sábado, llegaron al sepulcro cuando ya estaba saliendo el sol.
[3] Y se decían unas a otras: -¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?
[4] Y al mirar vieron que la piedra había sido removida, a pesar de que era muy grande.
[5] Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca, y se quedaron muy asustadas.
[6] Él les dice: -No os asustéis; buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde lo colocaron.
Palabra del Señor. + Gloria a ti, Señor Jesús.


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